Con "B" de buenas, bonitas y... ¿baratas?

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18 de agosto de 2010

Corfú con niños, en compañía de Gerald Durrell

Si eres de los que la dicotomía campo/playa te fastidia porque tú elegirías las dos cosas a la vez, Corfú (Kérkyra en griego) es tu destino. Es la segunda más grande de las 7 islas jónicas y tiene un tamaño perfecto para unas vacaciones: ni tan pequeña como para aburrirte en dos días, ni tan grande como para no poder recorrerla de punta a punta en 2 semanas. ¿Te animas? Pues apunta:


Es una isla muy verde. Mucho. Más de lo que te puedas imaginar. En pleno mes de agosto verás bosques repletos de olivos, con algún que otro ciprés salteado, que hacen que el paisaje sea curioso, diferente a lo que tenemos en España. Olvídate de los eriales, de la tierra seca y amarilla. Esto es el paraíso verde y el agua cristalina. Su clima, además, favorece el cultivo de la vid, por lo que verás también zonas de viñedos y podrás saborear los vinos locales.



Esa es también una de las razones por las que la isla puede encantar a los más pequeños. La vegetación hace que haya multitud de animalillos esperando tras cada esquina (especialmente en el interior). Si escogéis, como fue nuestro caso, alojaros en un hotel rural como Fundana Villas, podréis jugar a encontrar todos y cada uno de los animales que recorren la trilogía de Gerald Durrell. Además es una magnífica lectura, recomendada incluso para los niños a partir de los 12 años. Eso sí, una advertencia para los enemigos de los bichos: hay avispas, muchas, grillos a montones y salamanquesas casi en todas partes. Es quizá la única pega de ese alojamiento: su maravillosa piscina está continuamente rodeada de avispas y avispones molestos, aunque es principio es raro que piquen.

A lo largo de sus 200 kilómetros de costa, Corfú tiene playas para todos los gustos. El denominador común de todas ellas es un agua limpia y clara perfecta para el baño. La mayoría son playas pequeñas, de cantos rodados, flanqueadas por acantilados verdes, que a veces crean cuevas y calitas a las que sólo se puede acceder en barco.


Son famosas las de Paleokastritsa, aunque a nosotros nos gustó más la cercana Liapades. Desde ésta última puedes coger un pedalo (imprescindible que tenga toldito si vas con niños pequeños) y en unos minutos plantarte en alguna de las calitas cercanas. Muy recomendable, además, el chiringuito ¡con piscina! que tiene esta playa.

Pero, como decía, también hay sitio para la pala y el cubo de los más pequeños. Nos gustó la de Glyfada, con bandera azul, mucho más grande, con arena y con la zona del baño con poca profundidad. Recomendable, si se va con niños, optar por la zona derecha de la playa. El agua está menos fría y además en esa parte hay unas rocas bastante seguras, que harán las delicias de los enanos buscando cangrejos y peces en los alrededores. Buen pescado fresco en la taberna de la playa.
Curiosas también las playa de Sidari. Especialmente famosas las que rodean el llamado Canal d'Amour. La arena se reparte en una fina linea bajo las paredes de la roca de arenisca erosionada por el viento. Eso sí, la localidad de Sidari es de las más explotadas por el turismo, es ruidosa y suele estar bastante concurrida. Si os animáis, hay un pequeño parque acuático gratuído para llevar a los niños (aunque si de verdad queréis visitar uno en condiciones, entonces elegid Aqualand).

Mención aparte merece, claro, la capital de la isla, que lleva el mismo nombre. Una capital con mucha vida, con cafés repletos de gente, con una zona (la Explanada) mitad plaza, mitad parque ideal para pasear con los más pequeños... Las callecitas del barrio antiguo son ideales para recorrer con calma (eso sí, cuando se pone el sol, si no quieres morir asfixiado), para hacer alguna compra de recuerdos típicos corfiotas o para tomar algo en una terraza. Fundamental la visita a la vieja fortaleza (construída sobre una roca en época bizantina, la actual es de los siglos XIV-XVI, del periodo veneciano de Corfú), desde donde hay unas bonitas vistas y, con suerte, puede disfrutarse de algún concierto en época estival. Merece la pena también (sobretodo si se ha leído a Durrell) visitar al Santo patrón de la isla, San Spiridón, aunque es mejor no hacerlo el 11 de agosto, día en el que los corfiotas se agolpan para besar sus pies, con gran devoción, en el féretro de plata que guarda sus restos.

Por supuesto, Corfú ofrece muchas cosas más, pero no pretendo hacer de este blog una guía exhaustiva de viajes, sino sólo ofrecer algunas pinceladas y consejos que os puedan ser de utilidad. En futuras entregas sobre Grecia hablaré más sobre otras costumbres helénicas que os encontraréis en cualquiera de los destinos de ese país.

FICHA BÁSICA

Cómo llegar: En avión, desde Atenas (50 minutos de vuelo), recomendable hacerlo con Aegean (que opera también el vuelo interno). En Ferry desde Italia (Venecia, Bari o Bríndisi, éste último tarda unas 8 horas).

Cuándo viajar: En verano hace mucho calor pero es cuando más vida tiene la isla. Septiembre (con la vendimia) y Junio (clima cálido pero no tanto) seguro que son meses deliciosos para visitarla.

Dónde alojarse: Fundana Villas Una antigua mansión veneciana, reconvertida en alojamiento rural. Con piscina y aire acondicionado en algunas habitaciones. Precio aprox. en temporada alta para 4 personas, en la suite de 2 habitaciones 130 euros. Si se prefiere estar a pie de playa, mejor optar por zonas como Glyfada.

Dónde comer: Un clásico de la capital, Bouganvillea, en la plaza del ayuntamiento, un restaurante tranquilo con terraza agradable. Cualquiera de los tres restaurantes de Doukades, aunque con carta algo más corta. En Paleokastritsa, lejos del bullicio, en Spiros Taberna, con buena carne al grill.

Lectura recomendada: Recomendable incluso para los más jóvenes lectores (a partir de los 12 años), la trilogía sobre Corfú de Gerald Durrell: Mi familia y otros animales, Bichos y demás parientes y El jardín de los dioses.

De viajero a viajero: El coche es casi imprescindible, pero ojo con la forma de conducir de los griegos y con sus carreteras. Importante contratar el seguro extra que tienen las empresas de alquiler de vehículos, si no te quieres llevar un susto al final de tu viaje.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Hola Ananda, sólo decirte que me ha gustado la referencia de Gerald Durrel y Corfú. Yo me enamoré de la isla a través de sus libros, (concretamente con la trilogía que citas: mi familia y otros animales, bichos y demás parientes, y el Jardín de los dioses) y aunque todavía no he podido visitarla, es una asigantura pendiente que espero resolver algún día...
Por el momento, le puse el nombre de la isla a mi perro.
Saludos

Vacacionator dijo...

Muchas gracias, Luis, por tu comentario. Corfú es una isla maravillosa, pero creo que lo es mucho más después de leer a Durrell. Si finalmente te decides a visitarla y en algo te puedo ayudar, estaré encantada de hacerlo. Yo estoy segura de que volveré antes o después. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo. A mi también me gusto mucho Corfú. Yo tuve la suerte de ver hurones, lechuzas, tortugas de 30 cm de largo ...
Un saludo.

Anónimo dijo...

Hola Vacacionator, una pregunta, ¿En qué zona es mejor alojarse? Cuando estuvimos en kefallonia viajar de un punto a otro era muy largo y no sé si recorrer la isla en un día es mucho o poco, como siempre depende de las carreteras... Es para saber si es conveniente contratar dos alojamientos en vez de uno
Gracias